Ya cumplió 100 días el alcalde Barrera, a quien apoyamos, pero no vemos cambio alguno.
Los mismos empleados municipales han sido ratificados y ellos piensan que han recibido carta blanca para seguir con sus fechorías. Muchos de ellos apoyaron con banderitas, gigantografías y otros medios publicitarios (también al otro candidato), algunos con su presencia y llamadas, cuando no eran ya de su grupo de amigos; desde luego, los apoyos fueron con recursos municipales, en muchos de los casos.
Aparentemente el "paquismo-vallejismo" sigue....
Ya salieron los funcionarios de libre remoción, pero algunos son ahora "asesores".
Al no haber cambios, la corrupción sigue. Malos funcionarios con veinte y treinta años de servicio, algunos de ellos que han circulado por diferentes dependencias municipales debido a sus malas actuaciones, son quienes tienen el control real del Municipio. Uno de los casos que alarma es la UTCC, entidad que existe para controlar las edificaciones que se hacen en la ciudad - las que siguen los trámites legales y ordenanzas - . Esta unidad, después de revisar las construcciones, emite un informe para que se devuelvan los fondos de garantía, que entregan los constructores al Municipio; esta dependencia tiene enorme poder y lo mal utiliza, ya que decide sobre la devolución o no, de muchos miles de dólares que los constructores entregan al Municipio por garantía.
Operan casi siempre de mala fe, procurando encontrar problemas en las edificaciones que revisan y si no hay problemas los inventan, ese es su modus operandi. Están obligados a hacer varios controles durante la construcción de un edificio, y emiten informes desde el inicio hasta el final de la obra, pero callan los problemas graves hasta su informe final; es decir, cuando la obra ya concluyó, y no hay nada que hacer, o es difícil y costoso, provocando la angustia del constructor.
Ahí es cuando aparece el "abogado externo", ofreciendo sus soluciones, recibe en su propio estudio jurídico declarándose experto en asuntos municipales; además de presentarse como ex-funcionario, el único capaz de solicionarle el problema al constructor, y a un precio inferior al 50% del fondo de garantía que fue consignado en la Tesorería Municipal. El abogado hace el papel de bueno, y si no se acepta su gestión, entra el malo, quien mediante anónimos dirigidos al constructor por correo electrónico, ofrece también ayuda, luego amenaza e intenta la extorsión. Todo esto viene acompañado por una amplia red, -de socios y amigos- que tiene tentáculos en todas las dependencias municipales vinculadas al tema de construcciones de tipo privado: Planificación Territorial, Procuraduría, Quito Honesto, Concejales, y otros que monitorean, actúan e informan de todos los pasos que tienen que ver con el constructor en problemas.
Si el fondo de garantía es 2000 la tarifa es 1000, si es 200.000 llevan 100.000. Los ingresos de la red pueden haber llegado a sumas enormes, por la cantidad de obras que se han levantado los últimos años en la ciudad de Quito, algo más de tres años desde que este novedoso sistema de control, decidió el Municipio.
Todo esto lo conocen los constructores -los pequeños que han pagado mil, y los grandes que han pagado cincuenta mil-, muchos pagan y los grandes ya han incluido este "impuesto" a sus presupuestos como otro "costo indirecto", porque el capital no tiene freno y no hay obstáculo que lo detenga, dicen no querer que sus proyectos se paralicen, deben atender a sus clientes, y los pequeños constructores deben aceptar al microfascismo como su socio porque no hay a quién quejarse.
Nadie quiere enojarse con la UTCC porque no hay a quién quejarse, son poderosos, tienen apoyo político, el alcalde Barrera no les ha tocado, por lo tanto, piensan en su imaginario, que están autorizados para seguir ejerciendo su incontrolado poder. Es increíble pero cierto, esta unidad, NO TIENE CONTROLES NI AUDITORIA ALGUNA , de entidad Municipal o externa, (!!!) desde que fue creada.
Operando mediante internet y correos electrónicos anónimos, -utilizan nombres falsos- , dirigidos a los constructores, cuyas direcciones toman del formulario presentado por estos para su trámite de control; extorsionan mediante instrucciones claras y sencillas, -con faltas de ortografía para no parecer abogados o arquitectos- , además de terminantes y exigentes, mitad benefactores, mitad demonios, y utilizando un "gmail" que se consigue en dos minutos aseguran su anonimato y garantizan para después su "inocencia", en caso de que se presente algún reclamo del afectado. Desde luego, el que paga no es riesgo para ellos porque ya es su socio.
Ellos creen que no dejan rastro porque igualmente corrupto es el que paga y no les denunciará, mientras que, el que no paga debe afrontar todo el peso de su autoridad mal habida, y en su imaginario omnipotente engrandecido por el dinero obtenido; se justifican, acomodando la ley y las ordenanzas municipales a su irregular proceder, y las aplican con todo el peso que su ignorancia y maldad, sesgadamente les permite interpretar, las mismas que para colmo, en muchas partes son mal redactadas y, cómo no, también hechas por otros funcionarios municipales; de manera que el que no paga, tiene que dejar su fondo de garantía en tesorería, seguir pagándole al banco y esperar que se modernice y cambie el Municipio, o enjuiciarle.
Muy sencillo sería evidenciar todo lo dicho, sólo se requiere de una decisión política, de corte antifascista, que audite lo actuado por la UTCC, hacer un pequeño muestreo de unas cuantas edificaciones recibidas por los"dignos técnicos" y cuántas trafacías aparecerán, pero quién se atreve a ponerle el cascabel al gato ?
El alcalde Barrera con la mayoría que lo apoya, debería hacerlo, si es un hombre de izquierda. Si no lo hace, demostrará ser uno más, funcional al poder, porque a los microfascismos se les para con microresistencias, y eso estamos esperando. Se lo ve preocupado de sus grandes ofertas de campaña, asuntos importantes como el Metro para la ciudad o la renegociación del contrato del nuevo Aeropuerto, y no sabemos en qué más está, y se olvida que la suma de asuntos pequeños hacen el universo del manejo municipal, caracterizado por el desgobierno, faltas a la autoridad, desorganización, es decir, el modelo administrativo UTCC, aquí descrito. Debe saber el alcalde Barrera que si no arregla el modelo administrativo, inexorablemente el modelo administrativo UTCC se aplicará también a sus proyectos grandes.
Mediante este BLOG, que comienza hoy, se pide a los colegas, a todas las personas afectadas por asuntos como el que aquí se describe o similares, así como a quienes tengan que ver con el MUNICIPIO y los problemas de CIUDAD de QUITO, a hacerse seguidores de este BLOG, informar acerca de eventos similares, de manera que las nuevas autoridades, otras entidades de control y personas QUE TIENEN QUE VER CON ASUNTOS DE LA CIUDAD, nos integremos en este Círculo Egoísta, cuya única finalidad es cuidar la posibilidad de trabajar con una nueva MORAL, cuidar mi ciudad y la del otro, así como sus recursos, resistiéndonos a esta negativa forma de control que tiene el poder con relación a los asuntos públicos.
Este no es un llamado para oponerse a PERSONAS, a EMPLEADOS y menos al ALCALDE, es una declaración acerca de hechos conocidos y denunciados, y principalmente es un llamado a RESISTIR ACTIVAMENTE al PODER, ya que ante las expresiones de microfascismos encarnados en mafias municipales sí son posibles microresistencias.
Mi nombre es Fernando Puente Sotomayor y fui empleado formador de la UTCC. Trabajé cerca de 4 meses en la unidad desde que se creó, debido a que acepté una beca de estudios en el extranjero. Existe toda una historia alrededor de su creación que no es motivo de esta intervención. No puedo dar fé de honestidad de ninguno de los miembros iniciales, peor actuales (creo que menos de la mitad de los originales) de la unidad, pero tampoco puedo dar fé de lo contrario. Muchos hemos salido gradualmente en vista de que otros intereses nos movieron más que el permanecer allí, conozco que algunas personas mantienen otros trabajos suplementarios para ganar un poco más.
ResponderEliminarHe leido el artículo que comento con asentimientos parciales cuando repaso la parte en que se habla de funcionarios que se han reciclado, corrupción y un par de cosas más, además cabe indicar que no todo constructor privado es un pan de Dios. Sinembargo también siento preocupación por la falta de valentía del autor al no dar su nombre, que además llama a tenerla al lector. Es fundamental que se citen los casos con nombres de los respectivos inspectores y construcciones visitadas, para saber quién entra en tela de duda, porque caso contrario la generalización hace que todos quienes estuvimos al menos por corto tiempo vinculados a dicha unidad nos veamos perjudicados en nuestra honra. He dado mi nombre y no tengo miedo de hablar con quien sea al respecto y no tengo temor de ser auditado tampoco. Exijo además una réplica a mi comentario. Yo también sufro el calvario de la ineficiencia burocrática cuando ahora desde fuera tengo que hacer algún trámite y veo que funcionarios dilatan procesos no sé con qué motivación de fondo, pero también creo que los reclamos se los debe hacer con frontalidad y especificidad, porque otros podemos ser los afectados.